jueves, 25 de mayo de 2023

La chica del reflejo

 Hubo una chica triste y solitaria que siempre quiso estar rodeada de amigos para evitar sentir esa soledad. Desde pequeña se miraba al espejo y solía culpar a su reflejo: seguro es por mi feo cabello, por mis ojos o por mi cuerpo

Los años pasaron y los reproches aumentaron: es mi voz, es mi sensibilidad, es por mi forma de ser 

Y una noche mientras se miraba, el reflejo le respondió:

 -Si tanto me culpas, no preferirías que yo tomé tu lugar? Yo puedo ser lo que siempre has soñado

La chica asombrada se quedó pensativa.

El reflejo comentó: solo tienes que guardarte acá, dentro del espejo.

La chica tocó al reflejo e inmediatamente cambiaron lugares.

Los días fueron pasando y cada día que el reflejo iba a visitarla notaba como iba transformándose en aquello que siempre había querido ser, más alegre, más confiada, más despreocupada y divertida.

Pero conforme pasaban las semana y los meses la chica se sentía más sola, se sentía atrapada e iba notando que a su alrededor permanecía la oscuridad

Con el paso de los años la chica le suplicaba al reflejo regresarle su lugar, pero el reflejo nunca le respondió, ella notaba que incluso para el reflejo era agotador vivir en el mundo real, cada noche veía el reflejo demacrado y su mirada vacía, pero nunca le devolvió su lugar.

La chica se quedó atrapada y vio al reflejo deformarse, envejecer y en su último aliento, miró al espejo y pronunció: 

Viví tu vida como le lo pediste y de nada sirvió, hoy partiré y no hay nadie aquí para estar junto a ti

La chica atrapada en el reflejo cerró los ojos y en medio de la oscuridad fugaces recuerdos pasaron por su memoria y solo entonces pensó que quizás debió romper el espejo desde mucho tiempo atrás.

martes, 23 de mayo de 2023

Escuché tu llamado


El covid nos cambió la vida a todos porque nos obligó a estar en casa, quizás para algunos ha sido más fácil o quizás ha sido más difícil, pero me gustaría compartir mi experiencia personal.

Desde muy pequeña me considero una persona responsables y al ser madre joven, tuve que adquirir ciertas responsabilidades.

Antes de la cuarentena dedicaba mi vida a trabajar, estar con mi hijo, mantenerme ocupada y a salir.

A pesar de cumplir con mis responsabilidades, dedique mi tiempo libre a vivir de fiesta en fiesta y no me detenía a pensar.

La realidad es que cada vez que mi vida se detenía no podía evitar sentir un vacío y una soledad impresionante, así que me lo esforzaba porque nunca se detuviera 

Pero, ¿que creen? La pandemia y la cuarentena me obligaron a detenerme, me obligaron a mirarme, a conocerme y vivir aquellos sentimientos que había mantenido dentro de mi por años.

Caí en una crisis que es difícil de expresar con palabras y por un momento sentí que nunca encontraría la manera de salir de ese dolor.

Me sentí más sola que nunca.

Todo aquello que me rodeaba me parecía distante, familia, pareja, amigos, trabajo. Todo me parecía falso y sin sentido; y lo único que deseaba era alejarme de todo, pero no podía alejarme de aquello que me dolía más y eso era de mi misma, de los malos recuerdos, de las malas decisiones , de las veces que me devalúe como ser humano, como mujer. No podía alejarme de los abusos y de la soledad con la que había vivido cada uno esos momentos.

¿Cómo había podido cargar con eso durante más de 20 años? ¿Cómo pude ignorar mi propio dolor?

Pero he tenido que vivir mi dolor, he tenido que llorar noches enteras, he tenido que aceptar la realidad por dolorosa que fuera.

Y en medio de mi dolor, comencé a descubrir la realidad, empecé a ver qué era aquello que me hacía daño, empecé a descubrir que no estaba tan sola como pensaba, que tenía algunos amigos olvidados que siempre habían estado junto a mi, que deseaban verme bien.

Y que difícil ha Sido aceptar que ciertas cosas o acciones mías lo único que habían hecho era hundirme más, pero fue más difícil aún tomar la decisión de alejarme, de sacar de mi vida los comportamientos autodestructivos, pero había algo en mi que me decía que el momento había llegado.

Casualmente esta sensación comenzó a emerger en mi interior a partir de un suceso, que no me había atrevido a compartir y ese suceso fue mi confirmación en la iglesia católica.

Recuerdo que unos días antes me sentía totalmente destrozada y perdida, no sabía hacia donde dirigir mi dolor o mi futuro.

Esa noche escuché la misa a conciencia y cada palabra que escuchaba, sobre el perdón, sobre tener un nuevo comienzo, me dieron esperanzas y fe, en medio de la crisis, en medio de la pandemia, escuchar su llamado, fue un rayo esperanzador

El reflejo del espejo

 Hubo una chica triste y solitaria que siempre quiso estar rodeada de amigos para evitar sentir esa soledad. Desde pequeña se miraba al espejo y solía culpar a su reflejo: seguro es por mi feo cabello, por mis ojos o por mi cuerpo

Los años pasaron y los reproches aumentaron: es mi voz, es mi sensibilidad, es por mi forma de ser 

Y una noche mientras se miraba, el reflejo le respondió:

 -Si tanto me culpas, no preferirías que yo tomé tu lugar? Yo puedo ser lo que siempre has soñado

La chica asombrada se quedó pensativa.

El reflejo comentó: solo tienes que guardarte acá, dentro del espejo.

La chica tocó al reflejo e inmediatamente cambiaron lugares.

Los días fueron pasando y cada día que el reflejo iba a visitarla notaba como iba transformándose en aquello que siempre había querido ser, más delgada, con ojos diferentes, personalidad despreocupada y divertida.

Pero conforme pasaban las semana y los meses la chica se sentía más sola, se sentía atrapada e iba notando que a su alrededor permanecía la oscuridad

Con el paso de los años la chica le suplicaba al reflejo regresarle su lugar, pero el reflejo nunca le respondió, ella notaba que incluso para el reflejo era agotador vivir en el mundo real, cada noche veía el reflejo demacrado y su mirada vacía, pero nunca le devolvió su lugar.

La chica se quedó atrapada y vio al reflejo deformarse, envejecer y en su último aliento, miró al espejo y pronunció: 

Viví tu vida como le lo pediste y de nada sirvió, hoy partiré y no hay nadie aquí para estar junto a ti

La chica atrapada en el reflejo cerró los ojos y en medio de la oscuridad fugaces recuerdos pasaron por su memoria y solo entonces pensó que quizás debió romper el espejo desde mucho tiempo atrás.

La chica de las zapatillas azules

 Hubo una joven hermosa que no conocía el amor, aunque desde pequeña siempre lo soñó.

A pesar de su belleza parecía que nadie la notaba, así que cansada de su soledad, emprendió un largo viaje buscando a la hada del bosque que los ancianos contaban vivía junto al lago.

Después del cruzar por un camino difícil, la encontró y suplicando le pidió:

-Por favor, ayúdame a conocer el amor, quiero que un apuesto joven se fije en mi.

La hada le contestó:

-Todo hechizo requiere un precio

Y la joven aceptó.

El hada le entregó una tacones azules, le dijo que con ellos atraería al hombre que siempre soño, pero que si daba un solo paso sin ellos el efecto de amor desaparecería.

La joven tomo los zapatos y el hada una última advertencia le dió:

-Sera muy doloroso.

Pero a la joven le importó, volvió a su hogar triunfante y segura de que al fin conocería el amor, la espera y el difícil viaje habría valido la pena.

A la mañana siguiente se puso las zapatillas azules y a caminar salió, con cada paso sentía la presión en los pies, sentía sus dedos quebrarse, sentía las ampollas formarse, el ardor era totalmente insoportable pero no desistió y ese mismo día al hombre de sus sueños conoció .

Al llegar a su casa, los zapatos se quitó, sus pies sangraban, tenía heridas abiertas y el dolor era incomparable, al que nunca antes sintió.

Pero cada mañana volvía a ponerse las zapatillas azules y cada noche al llegar a su casa sentía su piel desprenderse junto con  ellas.

Pasaron días, meses y algunos años, sus pies estaban sumamente llagados y contrario a lo que pudiese creerse, nunca se acostumbro al dolor.

Una mañana estaba caminando a encontrarse con aquel mismo hombre, pero una anciana se acercó y le dijo

-Tus zapatos son muy lindos.

La mujer bajo la mirada y los observó, no pudo encontrar belleza en ellos debido a lo mucho que la lastiman.

-En serio cree que son lindo?

-Pues eso me parece, tu no lo crees así?

- Es que me lastiman demasiado

- Y por qué los usas?

-Fue muy difícil obtenerlos, llevarlos puestos me ha dado lo que siempre soñé, los necesito, además me he acostumbrado demasiado a ellos.

-Entonces, no extrañas sentir el césped, la arena o la tierra humeda después de la lluvia? Ha valido la pena el dolor?

La joven levanto la mirada y vio a su amado acercarse a lo lejos.

La anciana le dijo:

-Entonces te los dejarás?

Bajó la mirada y vio las bellas e hirientes zapatillas azules, podía sentir como le quemaban, le cortaban la piel, las ampollas ardían.

Miro a su alrededor, el parque, el césped, la fuente, su amado acercándose, la anciana mirándola y de pronto, actuó, en un arrebato se inclino, tomó las zapatillas y se las quitó, aún las llevaba en las manos pero al sentir la suavidad del césped entre sus pies, la calidez del suelo, al sentir que la presión y el dolor disminuyó, ella sonrió, arrojo las zapatillas y dió un paso, luego otro, cada vez más rápido, cada vez más veloz y fue tanto el placer de liberarse que ni siquiera notó que pasó a un lado del hombre que "amaba" y ni siquiera le importó.


¿Cuánto tiempo más llevarás esas zapatillas azules?


Arrepentimiento

 Diciembre 2020

No noté cuanto te amaba, hasta que te perdí.

Íbamos tan seguros caminando de la mano que nunca me detuve a preguntarme : a dónde voy? 

Íbamos tan rápido andando a través de los días que no me tomaba el tiempo de preguntarme: esto es lo que quiero yo?

Y entre la seguridad y la velocidad fui avanzando sin tener certeza del futuro y poco a poco la ansiedad, las dudas y el temor de mí se apoderaron.

Tuve que detener todo en seco, y la gente a mi alrededor solo se quedó murmurando, pero necesitaba detenerme, necesitaba tomar otro camino, necesitaba soltar y poder andar sin rumbo.

Cuando me encontré libre, sin rumbo, sin prisas y sin nada seguro, pensé: ¿a dónde voy? ¿Qué es lo que quiero?

Curiosamente, mientras más sola estaba, más libre me sentí, y menos te necesite, y mientras menos sentía necesitarte, más te extrañé.

‌Curiosamente, conforme más ignoraba los comentarios, los consejo y las opiniones de quienes me rodean, fui sacándote de mi mente y mientras menos me me encontraba pensándote más quise hablar yo de tí.

Curiosamente, cuando deje de mirarte tan bueno, recto y centrado, mientras más defectos encontré en nosotros, mayor fue mi deseo por intentarlo de nuevo.

Que ironía fue notar, que mientras más te apartaba, más firme era mi deseo secreto de quererte encontrar, mientras menos sentía que te necesitaba, mayor era mi deseo por a tu lado estar.

Me miré al espejo

 Escrito en noviembre 2020

Me miré al espejo, seguía siendo la misma pero algo en mi interior había cambiado, supe que ya no podría seguir viviendo como hasta ahora lo había hecho, no podría seguir ocultándome en mi ignorancia y pretextos, no podría ir por la vida cometiendo los mismos errores y torturandome por ellos.

Llevaba meses con los ojos bien abiertos, viendo lo peor y lo mejor de mí, pero esa mañana cuando me miré al espejo, supe que era yo quien decidía el reflejo que quería ver. 

El camino no sería fácil porque había cometido los más grandes errores y había herido injustamente a quien no lo merecía, pero había comenzado a  dar los primeros pasos y ya no pensaba dejar de caminar, porque aunque volviera a estar en la misma situación ahora sabía que actuaría diferente.

Pensando en el abuso

 05 de enero del 2021


Llevo días preguntándome ¿por qué no me he sentido bien? ¿por qué todo lo de mi alrededor me parece absurdo y distante? ¿por qué me siento hipócrita? ¿de nuevo me siento sola? ¿de nuevo siento que no hay nadie para escucharme? ¿Cuándo comencé a sentirme así? ¿por qué siento que toda la vida me sentido así? ¿por qué vienen a mi mente estos recuerdos llorando en el segundo piso de casa de mi abuela en la oscuridad mientras los demás estaban juntos abajo? ¿por qué vienen estos recuerdos en casa de mi tía donde todos dormían mientras yo leía y lloraba junto al librero? ¿por qué de pronto pienso que es por el abuso que viví de niña? ¿por qué de pronto me parece que esa es la causa de todo? ¿acaso me estoy justificando? ¿o es que realmente esa podría ser la causa? ¿podría ser la causa de sentirme sola? ¿de sentir que no soy suficiente? ¿de querer olvidar mi soledad en los vicios? ¿de permitir que me violentaran para no sentirme sola? ¿de generar apegos poco sanos? ¿de querer dejar de sentir? Porque si lo pienso un poco parece tener sentido, porque ahora veo toda la carga que tuve de pequeña, toda la carga que llevé sola de los 4 a los 9 años, y me parece tan injusto, porque siento que aún cargo con ello. De pronto me doy cuenta que llevo algunas semanas o quizás toda la vida queriendo hablar de ello sin poder expresarlo.

Además, esta la historia reciente, no puedo evitar pensar en los niños que ahora están expuestas, y quiero hablarlo con mi mamá, quiero hablarlo con el mundo entero, quiero hablarlo con mi tía, quiero que lo sepan mis primas, quiero que tengan los cuidados que deben y no por venganza, no para dar pena o que se compadezcan de mí, es solo que ya estoy cansada de que todos finjan que nada pasó, me niego a ser cómplice de lo que yo tuve que vivir, de pronto me siento muy cansada de cargar sola con esto.